martes, 12 de octubre de 2010

Vigilia



Tejados de madera
humedecidos por el rocío
de una mañana de diciembre
volviendo de un encuentro con la noche
regresando a casa con el tibio sol de invierno

Silencio sepulcral mientras andamos
por las calles que la vida fue situando
en las largas avenidas de la civilización
mutando ante los ojos de los años,
tocados por la intemporalidad

de los sueños de aquellos que moran en su reposo
y crean mundos tocados por la lluvia,
salpicados por las lagrimas de la Tierra
y humedeciendo tejados
de madera.




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